Se ocupa de que el centro de embalaje aplique el Análisis de Peligros y Puntos de Control Crítico (APCC) (ver más aquí) para garantizar la seguridad e higiene en el proceso de clasificación y envasado de los huevos (recepción e identificación, almacenamiento, selección, pesaje, envasado, y almacenamiento previo a la expedición).
Confirma que se mantiene y registra la trazabilidad (ver más aquí) de los huevos y que se cumplen las especificaciones de cada cliente en cuanto a calidad, pesos, envases, etiquetado, etc.
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El responsable del control de calidad verifica diariamente que los huevos que salen al mercado cumplen la normativa y las especificaciones de calidad establecidas por los clientes.
En el laboratorio se analiza la frescura (altura de la cámara de aire), el aspecto del huevo abierto, la calidad de la cáscara, el color de la yema, y se controla que el etiquetado y el marcado sean los correctos. También que los pesos de los huevos y cualquier otro parámetro estén en el rango establecido en la normativa y en las especificaciones comerciales.
Normalmente las empresas realizan también análisis microbiológicos de los huevos en laboratorios externos.
El responsable de calidad registra los datos obtenidos de las muestras de cada lote y atiende a los requerimientos de los clientes en caso de incidencias. Las empresas intentan responder constantemente a las demandas de los clientes y consumidores.
La mayoría de las empresas cuentan con sistemas automáticos de selección, marcado y pesaje de los huevos. Los encargados de la clasificación comprueban que su funcionamiento sea correcto. Además, los procesos de clasificación y envasado se adaptan las especificaciones de los clientes (pesos, formatos, etiquetado, etc.).
Confirman que cada huevo vaya correctamente marcado, y se ocupan de ponerlo en el envase adecuado según el destino. Agrupan y expiden los pedidos de huevos correspondientes a cada cliente, acompañados de su documentación comercial, que garantiza la trazabilidad en cada momento.