El huevo ofrece enormes ventajas como alimento de referencia para el consumidor moderno. Es nutricionalmente denso, tiene pocas calorías y sus lípidos son mayoritariamente insaturados (saludables para el sistema cardiovascular). Se prepara fácilmente y se puede consumir en múltiples formas, integrándose en todas las tradiciones culinarias. No es un alimento tabú en ninguna cultura o religión. Se integra perfectamente en la Dieta Mediterránea, además de en regímenes vegetarianos, de reducción de peso, y en los adecuados para patologías especiales (celíacos, diabéticos, o personas con elevado ácido úrico, entre otros). Además se produce de forma sostenible, con una muy baja huella de carbono y generalmente se consume en proximidad.
Las previsiones para los próximos 20 años indican que los productos avícolas (carne y huevos) serán los alimentos de origen animal con un mayor incremento en la demanda mundial, que será impulsado por el aumento de la población y la mejora de la renta en muchas áreas geográficas.